Yosh

Sus personajes, sus peces y su collage histérico cuestionan los fundamentos mismos de nuestro urbanismo y de la ordenación del territorio: su pintura se infiltra en la pesadez de tus barrios, de tus manzanas, de tus plazas, de tus cuadras, te corta las arterias (femorales) con un spray, te arranca los cinturones (periféricos) y te despoja de tus coronas pequeñas, grandes y medianas. Su secuestro de la cultura pop y su enfoque iconoclasta exploran el mundo que nos rodea y sus conciencias sobrealimentadas, los callejones sin salida llenos de colesterol de la civilización postindustrial y todos nuestros callejones sin salida emocionales. Toma la vía rápida de la autoafirmación y comienza un fascinante trabajo de desciframiento de la mística de la ciudad, la metafísica del betún. Desde los monstruos escondidos en los armarios de nuestra infancia y en los oscuros recovecos de nuestro subconsciente hasta los muros de la ciudad, la obra de Yosh, en eterno proceso, work in progress, dibuja los contornos de un imaginario urbano proteico y alegre.

- Karim Madani