Toshihiko Ikeda

Anticipaciones posthumanistas: liberado de sus limitaciones espaciales, ¿qué cambios transforman al hombre cuya vida dura para siempre? El tiempo en el trabajo marca, debilita, manipula la forma física y la transforma en la imagen de la vida vivida. El entorno y las vivencias que vive dejan huellas, se frotan e impregnan los cuerpos que han pasado por ellos. Surcos y puntos ahuecan y transforman los cuerpos representados, como una pantomima del tiempo que pasa y pasa sobre la carne. A medida que el cuerpo vive, se cansa, se erosiona y se descompone gradualmente; la página en blanco se llena y se oscurece, la duración de su existencia la roe, poco a poco. Como el tiempo, Toshihiko disuelve el grano de metal grabando, la mordedura de la carne con ácido. El negro más profundo y hermoso se convierte en una masa de tiempo probado, una vida vivida y alargada. ¿Podemos acercarnos a un surco, una fina línea que se ha convertido en un túnel, que se extiende y atraviesa el cuerpo, el estigma de la vida eterna?