Naoko Shiozaki

NAOKO nació en Kawasaki y sigue viviendo en esta ciudad. Aspiraba a ser pintora cuando era una niña, y sigue haciendo de ello el trabajo de su vida, pero debido a su enfermedad, las cosas no siempre salen como se planean, y algunas de sus obras se dibujan en la cama. Sin embargo, cree que mientras tenga un papel y un lápiz, podrá sobrevivir. Kawasaki, una ciudad famosa por sus fábricas, tiene un trasfondo complicado, pero para ella es la ciudad natal en la que trabajaron su abuelo y su padre, y siente nostalgia y admiración por ella. Incluso los paisajes que nos resultan familiares pueden parecer nuevos cuando intentamos dibujarlos sobre el papel. Por esta razón, ella misma es la que más espera ver lo que va a crear en sus cuadros. Como un faro que ilumina la oscuridad, espera dejar constancia de la cambiante vida cotidiana de forma desenfadada. Para ella, la creación no consiste en expresar algo, ni es un medio para transmitir un mensaje a los demás. Es algo que surge de forma natural en el proceso de vivir, una cristalización del "corazón" sin forma sobre el papel.