Fabio Napoleoni

Lo que el corazón quiere y necesita se puede encontrar en un cuadro de Fabio Napoleoni. La nostalgia, la tristeza y los momentos que elevan el alma están ahí para que el mundo los vea y experimente junto con él. Los colores vivos y el carácter cautivador te invitan a un viaje emocional que es bienvenido por la mente y el corazón. Los paisajes simples preparan el escenario para el valor del vínculo emocional que no se puede comparar con ningún otro. Las influencias de algunos de los artistas más importantes de este siglo son difíciles de encontrar en sus piezas, pero están profundamente impregnadas de lo que caracteriza a una pintura de Napoleón.

Todo comenzó en Ponce, Puerto Rico en 1972... A todos los niños les encanta pasar tiempo jugando al aire libre, pero esta no era una opción para Fabio. Desde su nacimiento, el artista sufrió un asma tan terrible que varias veces a la semana necesitaba vacunas contra la alergia para evitar que el asma grave lo consumiera. Pasó muchos días y semanas en el sofá familiar rodeado de materiales de arte que le regaló su madre. Como artista, se dio cuenta de que crear arte era mucho más fácil para su hijo que para ella. Entonces, durante los momentos en que el asma lo abrumaba, ella se sentía obligada a brindarle a su lado creativo las herramientas necesarias para florecer.

Muchos acontecimientos influyeron en la obra de arte de Fabio, pero ninguno más que los traumáticos acontecimientos que siguieron al nacimiento de su segundo hijo. Su hija, que nació con importantes anomalías cardíacas, tuvo que afrontar varias cirugías para corregir problemas que podrían impedirle tener un futuro. Abrumado por los problemas de su hija y rodeado por un mar emocional de tristeza por parte de otros padres en la misma situación, Fabio creció. Mientras su esposa y su hija dormían, Fabio deambulaba por los pasillos de la unidad de cuidado infantil buscando un lugar donde pudiera esbozar sus pensamientos personales. De estos pensamientos nació una nueva forma de creatividad. Las puertas del corazón de Fabio Napoleoni se abrieron para que el mundo las experimente.

Fabio tuvo que vivir una experiencia traumática para darse cuenta de lo que le faltaba en su trabajo: emoción. Tenía todos los ingredientes para crear pero ninguno que cautivara el alma. Con sus nuevas ideas y viejos bocetos en mano, Fabio añadió el último ingrediente necesario... Experiencia Emocional.

Con su uso vibrante y audaz de colores junto con muchos de sus personajes, Fabio ha logrado crear un valor emocional en su arte que le faltaba. Sus cuadros podrían tener mil títulos, y cada uno de ellos encajaría con la imagen que ha creado; pero una cosa es segura: siempre encontrarás un hermoso corazón en cada pieza de su trabajo. Un símbolo de su amor por su hija... ella vive hoy y vivirá para siempre en su arte...