M.Chat

Gato sobre los tejados de París, Gato naranja que sonríe todo el tiempo, Gato que es mucho más que un simple graffiti. Como lo han podido adivinar, es el símbolo del artista urbano M.CHAT del que estamos hablando aquí (su verdadero nombre es Thoma Vuille). El artista franco-suizo tapiza las paredes desde 1997 con su felino naranja sonriente. 

Nacido en 1972 en Suiza, en el cantón de Neuchâtel, comienza la pintura a los 15 años y estudia en el Instituto de Artes Visuales de Orleans de 1995 a 2001. Pero rápidamente, sustituye los lienzos por paredes y prefiere los callejones de la ciudad para crear. 

Su revelación sucede en un taller al que asiste con su escuela de Orleans, cuando una niña empieza a dibujar a la mascota. Desde entonces, Thoma Vuille se apropia de esta ilustración y la convierte en M.CHAT. Al hacer de esta enigmática criatura su sello personal, o más bien su vena artística, se vuelven inseparables. ¿Quién es M.CHAT? ¿La obra o el artista? ¿A menos que sea la obra y el artista? 

Este felino, solo o acompañado, con o sin alas, pasea por las calles de Orleans antes de llegar a la capital. Es una bandera urbana de alegría y optimismo, que cubre el metro o una pared en la calle y se dirige directamente a los que pasan por delante. El artista lo ideó con un enfoque street art, de cultura de barrio y de proximidad. 

Al ser depurado, simple, con líneas claras, este dibujo se ha elevado al rango de símbolo. Un icono con una identidad tan marcada que se le permite tener variaciones. M.CHAT puede entonces cambiar de colores y de posturas, manteniéndose siempre fiel a él mismo. 

Una de las peculiaridades de esta fiera de la ciudad es que está representada en lugares que parecen inaccesibles, lo que explica lo útil que puede ser para un gato el hecho de saber volar.  

Con su apariencia de dibujos animados, nos recuerda al personaje travieso de  la novela de Lewis Carroll, El gato de Cheshire, junto a Alicia en el país de las maravillas, con esa misma sonrisa que nunca flaquea. Una sonrisa comunicativa, como se ha convertido el arte de Thoma Vuile.