Jean-François Contremoulin

La pintura es una necesidad. Esta expresión, este lenguaje son para mí la mejor forma de entenderme e integrarme en mi entorno inmediato.

Mi lenguaje expresionista está impregnado de abstracción. Es para mí la traducción de mis sentimientos del mundo, de la vida, de la materia, de mi mirada sobre las mujeres, los humanos, los retratos, los autorretratos, el medio ambiente, las plantas, el agua, la vibración. Mi pintura es esencialmente emotiva y sensual. No hay necesidad de mostrar mis mujeres o mis hombres, mis paisajes en su totalidad. Solo unos pocos detalles y movimientos me bastan para buscar alcanzar mi quintaesencia: la vibración. Entonces la ocupación de la mancha coloreada en el espacio del papel o del lienzo se vuelve decisiva.

El retrato me ha fascinado desde la infancia y el autorretrato marca mi vida, mi carrera como pintor. Es un hito en la evolución de mi enfoque pictórico y plástico.

Sensorial y gestual, mi práctica de la acuarela es muy personal para mí, basada en una poderosa relación con el agua y el dibujo.

Con el óleo me siento cercano a los maestros del pasado. Preparo todos mis soportes y muelo mis colores.

El grabado y la escultura retienen el gesto, o lo liberan, o imponen una línea, un volumen... Provoco la materia y aprovecho sus dones.

Jean-François Contremoulin, junio de 2019