Christian Couronne

Bucear en varios mares alrededor del mundo ha imbuido a este marinero con los verdaderos colores de la vida acuática.

Nacido en 1955 en Sète, aprendió a nadar solo, a los 5 años, primero en el fondo y luego en la superficie.

Su adolescencia, como la de muchos, estuvo iluminada por Bombard, Cousteau, Moitessier o Tabarly que le transmitieron este amor por el mar.

Su padre, un buen pescador de la talla de Brassens, y luego su hermano, un marinero de la Belle Epoque, no son ajenos al asunto.

A los 6 años quiere convertirse en buceador, como los cascos pesados de Sétois, que observa durante mucho tiempo en el Puente de la Victoria después de clase.

Bucea solo, desde la compra de su primer equipo.

Por la noche realizó su primer rescate en el Etang de Thau, solo tenía 15 años.

Oficial de la marina mercante, buceador, monitor deportivo, socorrista marítimo, empresario, profesor...

Después de 16 años navegando, el destino le obliga a dejar la maleta.

Unos años de gestación, le dan la perspectiva necesaria para la creación.

Reproduce las bellezas de la fauna acuática, que tantas veces ha contemplado en su medio natural, con mezclas de materiales como vidrio (esculpido en frío), mármol, metal, piedra, madera o arena, adicionado con cuerda, vestigio de naufragio, concha , gorgonia o coral, que recupera muerta y vuelve a teñir.

Ahora quiere, a través de sus creaciones, dar un impulso a la obra de sus maestros, y transmitir a las generaciones actuales y futuras, la noción de la fragilidad de este elemento vital para nosotros, el agua.

Algunas obras, lamentablemente realistas, tratan temas de actualidad relacionados con la pesca o la contaminación.