Florentine Peeters

Florentine Peeters nació en 1962 en Flandes en el seno de una familia numerosa. Fue invitada por sus padres a encontrar su propia voz, su misión, su alegría de vivir. Entonces comienza a crear: faldas, pequeñas esculturas, dibujos, composiciones naturales… Así, Florentine se ha convertido en una mujer con múltiples talentos creativos. Sus pinturas son historias que celebran la Luz y revelan la Magia, pero sobre todo, están llenas de alma. El alma de la naturaleza. Esta magia sucede cuando los colores comienzan a bailar y jugar en el lienzo, cuando explotan y se convierten en fuegos artificiales. Trabajando así, crea este particular universo, que se traduce en pinturas como una suave oración, como un conjuro contra la dureza de la existencia. En colaboración con hadas, duendes y dragones, que juegan un papel principal en toda su obra, Florentine invita a los voyeurs a reconocer este mundo mágico, olvidado, a veces prohibido.

Al mudarse de Flandes a Moëlan-sur-Mer en Bretaña, donde la luz es tan brillante y los seres de la naturaleza tan vivos, es para ella un regreso a sus fuentes.

“…Florentine transcribe la naturaleza a través de su arte, entre óleos, móviles y esculturas en bronce y barro. Su arte es poético y fluido, hecho de materia y profundidad. Puede describirse como un impresionismo onírico y etéreo".

El telegrama 16 de diciembre de 2019, Raphaël Lagier