Daniel Vincent

Estudió en la Escuela Profesional de Arte Comercial y en el Colegio Ahuntsic en diseño gráfico e ilustración. Comenzó a pintar en 1985. La alegría, la belleza y la luz son los materiales invisibles con los que trabaja. 

Con muchos años de experiencia en la creación, explora la infinita variedad de formas, texturas y colores a través de los acrílicos. Daniel Vincent, natural de Montreal, es un artista de corazón. Su amor por el arte le llevó a descubrir los acrílicos de forma autodidacta.  ¡La maravilla de la extraordinaria dualidad de contrastes que logran coexistir! Los cuadros de Daniel Vincent emergen con una suavidad. 

Su paleta luminosa, combinada con sus gestos nerviosos y precisos, da lugar a escenas de relajación y emoción. Sus obras son estimulantes y coloridas. Muchas de sus obras se venden en Quebec, Francia, México y Estados Unidos. 

"¡Pintar es para mí una pasión, una evasión, una aventura irresistible que se renueva constantemente! Una investigación constante en el análisis de las formas y los colores da como resultado cuadros soleados y frescos. En última instancia, estos colores brillantes sólo se corresponden con mi alegría de vivir. 

Pinto para dar un toque de humor y color a mi vida y a la de los demás. La luz en mis cuadros me permite descubrir la belleza que a veces los humanos olvidan. Durante los últimos 20 años he estado explorando el color, la forma y la emoción que sugiere la imagen.

Siento una gran necesidad de expresarme a través de la creación, porque inspirar es inspirarme y exhalar es expresar todos los colores que me hacen ser una artista de corazón.

Mis cuadros incluyen escenas en las que los sujetos interactúan con el color y el movimiento creados por un enfoque directo al principio. Este enfoque permite incluir una dinámica de azar que favorezco en toda mi producción, ya que de este azar surge el deseo de ir más allá visualmente y no dejar de explorar.

A partir de una conexión emocional con el tema, mi imaginación se expresa de forma figurativa partiendo de una idea, un momento, una textura. Trabajando con rapidez pero con cuidado, busco un equilibrio entre la espontaneidad y el control.

Mi enfoque parte del juego del azar, del accidente, de los lienzos distorsionados y de la pintura fluida. Me divierto con el material y paso mis estados de ánimo por él. La pintura sigue siendo para mí el espacio donde me siento más libre.  Saboreo el momento presente cuando creo un cuadro y se convierte en una especie de meditación.

Las emociones de mi vida, el amor, los pequeños placeres de la vida impregnados de colores vivos y de sensualidad son lo que el espectador descubrirá cuando se detenga en mis cuadros. ¡Maravíllate con la extraordinaria dualidad de contrastes que consiguen coexistir!