Yashoda Devi

El nombre de Yashoda Devi se me apareció por primera vez durante una visita al Museo Indira Gandhi del Hombre en Bhopal en 1997. Sus dibujos estaban en consonancia con las obras más hermosas realizadas por las mujeres de esta región. Me tomó varios viajes a Mithila antes de poder conocerla. Olvidada por todos, Yashoda Devi, de más de 70 años, vivía en una pequeña casa sin comodidades. Sin duda repudiada por su marido y rechazada por su familia, Yashoda Devi vivía sola, rodeada sólo de unos pocos vecinos para hacerle compañía. Demasiado mayor para tener todavía fuerzas para trabajar en el campo, vivía de la venta ocasional de algunos dibujos que le compraban las agencias gubernamentales de asistencia social. Como estaba muy débil, su estilo ya no tenía la seguridad de los diseños que había descubierto en Bhopal y mostraba todo su malestar. Una sensibilidad exacerbada guió la elección de sus temas. La línea, la organización del espacio, la elección de los colores combinan intensidad y fragilidad. Sus dibujos me hicieron pensar entonces en los de Aloïse, una gran dama del arte brut. Y el rostro mismo de Yashoda Devi se superpuso en mi pensamiento al de Delphine Seyrig interpretando el papel de Aloïse en el cine (película de Liliane de Kermadec, 1974: Aloïse es interpretada allí, joven, por Isabelle Huppert y, de adulta, por Delphine Seyrig). Entre los temas pintados de Yashoda Devi, la representación de una diosa (a menos que sea la propia Yashoda rezando, meditando) rodeada por una iglesia, dos templos y una mezquita. El sincretismo como mensaje de paz y amor. Krishna, pastor, seduce a las gopis, pastoras.