Eric Le Pape

"Tratar con el mar directamente ... es muy saludable para el cuerpo, la mente y las pinturas". Marin Marie (pintor marino y gran navegante). Es con esta cita de Marin Marie, al final de su travesía atlántica en solitario en 1933, que me gustaría presentarme porque me parece que refleja perfectamente mi carrera como marinero y pintor desde siempre. “Tratar con el mar directamente…” En efecto, estuve sumergido en el color desde muy temprana edad, mis pies en algas y mis manos libres para tratar azules ultramarinos con grandes golpes de cuchillos, en gran parte cargados de material y ceruleum. Mi paleta por tanto expresó rápidamente los colores del mar, es muy natural y gracias a este deseo de no salir de este entorno que me encaminé hacia una carrera marítima dentro de la Armada francesa. Suboficial en aeronáutica naval durante casi 25 años, hoy tengo una carrera como artista pintor que va más allá de las fronteras de mi Bretaña natal. “… Es muy saludable para el cuerpo, para la mente y para los cuadros” Mi trabajo como marinero me ha permitido refinar y hacer más reales mis cuadros. A lo largo de mi carrera he podido utilizar mi agudeza visual, mi libertad de interpretación y mi inspiración durante mis múltiples viajes y afectos, marítimos en este caso. Mi deseo, ahora, es aprovechar esta oportunidad para revertir el rumbo de mi compromiso construyendo sobre las bases de mi profesión, mi carrera artística en beneficio del mar y sus marineros ... En una técnica donde el papel de el dibujo se reduce, me concentro en lo esencial. La espontaneidad de mi gesto sigue a la agudeza de mi mirada. Estructuro las masas, luego refino los detalles, utilizando la diversidad de formas y el toque del cuchillo. Mi pintura se convierte en escultura. Mis trabajos coloridos y emocionales son el reflejo de mi pasión por Bretaña y, en particular, mis lugares favoritos e inspiración que son la bahía de Morlaix, Carantec o Pont-Aven y sus abers. Los pequeños puertos tranquilos donde los barcos se reflejan en sombras suaves o fuertes, las bahías, las rías son tratadas con grandes golpes de cuchillo, en gran parte cargados de materia. Y luego está el mar, en el que a veces todavía ondula un remanente de oleaje donde el viento tiembla.