Malagarty

Curiosa por el mundo que la rodea desde su infancia y las preguntas que le surgen a la artista: todo se convierte en fuente de inspiración. El interés desde muy joven por el dibujo, la literatura, el cómic y la música con esta sed de conocimiento se ha convertido en el caldo de cultivo de sus pinturas en la actualidad.

Fue en 1987 cuando Malagarty se familiarizó con el arte callejero parisino cuando se mudó a París. Aprecia los mensajes poéticos o de protesta, las plantillas y los coloridos frescos que se exhiben en las paredes. Se inspira en la dinámica de la ciudad, en los clásicos del pop art, en su vida cotidiana, en la actualidad y en los encuentros casuales.

A finales de 2015 al instalarse en el sur de Francia, elige dar un nuevo significado a su creación, desarrolla su técnica, su trabajo evoluciona y se enriquece combinando técnicas y soportes. El acrílico es su instantánea. Su arte se extiende por diferentes soportes, efímeros o nobles, cartón o lienzo, plástico o madera. En estas pantallas, rompe una plantilla para mantener un esteticismo entre el dibujo y la foto, el rotulador o el periódico para dar relieve al tema. Juega con materiales para crear su universo con sus códigos.

La elección del retrato estarcido es una representación de su mirada sobre la complejidad humana, su particularidad, su fragilidad. Esta obra le ofrece un sinfín de posibilidades entre el esteticismo y la emocionalidad. Es la elección del tema y la armonía de los colores lo que hace que cada uno de sus cuadros sea más original que el otro.