Robert Bubel

Robert Bubel - nacido en 1968 en Żarki cerca de Częstochowa, estudió pintura en la Academia de Bellas Artes de Cracovia, obtuvo su diploma en el estudio del prof. Zbigniew Grzybowski en 1997.

Sus exposiciones en Polonia y Europa son muy apreciadas por el público y la crítica.

La pintura de Robert Bubel es auténtica e intransigente, madura y totalmente definida, describiendo el mundo real, a menudo conquistado con una nota de melancolía y reflexión sobre el implacable proceso del paso. Su gesto de pintura alla prima describe perfectamente la forma y en la frescura de los colores el artista es capaz de capturar un verdadero resplandor de luz. En su pintura, el artista cuenta constantemente nuevas historias, las pinturas se organizan espontáneamente en series de múltiples hilos, con diferentes expresividades artísticas. Podríamos llamar a su pintura un término creado por el impresionismo -"la pintura de la vida moderna"- porque introduce la realidad del "aquí y ahora", nos pone frente a la verdad y la realidad de la vida cotidiana. Y este es uno de los rasgos esenciales de la expresión artística de Robert Bubel: la sensibilidad hacia nuestro mundo, su nueva iconografía, hacia su ritmo acelerado, donde el mundo se encuadra a través de la ventanilla de un coche en movimiento, donde el pintor advierte apresuradamente las luces estiradas de farolas de paso, arterias de varios carriles, viaductos, parque, aeropuerto. Pero al mismo tiempo, en ese presente impresionablemente grabado en los lienzos, hay momentos de reflexión sobre la propia identidad, una mirada a lo que ya se fue para siempre, cuando la luz zafiro proyecta una sombra en las habitaciones abandonadas de la casa familiar, y el silencio que reina allí nos toma bajo su poder.

Puedes entrar a este espacio recordado del "tiempo perdido", puedes caminar de puntillas hacia atrás para no asustar a la mariposa pegada al vidrio, no puedes decir una palabra. El propio artista trata de definir este estado: “La pintura, a mi entender, es un enunciado sumamente subjetivo. Se basa en nuestra experiencia individual. Son la memoria, el recuerdo, la imaginación y el lenguaje pictórico del artista los componentes básicos de esta declaración. Pienso que cuanto más personal es la declaración del pintor, más local y subjetiva, mayor, paradójicamente, es la posibilidad de que sea bien recibida por el espectador. Alcanza este bagaje de puntos de vista almacenados sobre la realidad, que en su fuerza emocional puede crear inesperadamente un plano de comprensión, percepción, comunicación. Puede tocar las cuerdas que han estado en silencio hasta ahora, lo que evocará el recuerdo de sentimientos, imágenes o imaginaciones llevadas en la memoria de los destinatarios. De esta forma, la imagen se convierte en una representación universal. Esa, en todo caso, es mi profunda convicción.” /Robert Bubel, 2017/