Lithografías de Joan Miró

Joan Miró es un artista surrealista más conocido por sus pinturas, esculturas y cerámicas. Pero Miró también fue un prolífico grabador, que creó numerosos grabados -en concreto, 1.000 litografías- a lo largo de su carrera.

La litografía es un método de grabado que utiliza una piedra o una superficie plana dibujada con una sustancia aceitosa para transferir la tinta a una hoja de papel. Miró se enamoró completamente de esta técnica y del arte que producía a partir de ella, hasta el punto de que prácticamente dejó de pintar entre 1954 y 1958 para centrarse sólo en estos grabados. Y sus grabados tuvieron una acogida inmensamente positiva por parte de un gran número de críticos, lo que le valió premios como el Gran Premio de Obra Gráfica de la Bienal de Venecia de 1954.

Su proceso de grabado le permitía crear obras que eran un completo reflejo de sí mismo; como parte de su dibujo, dejaba que su mano se moviera aleatoriamente por la superficie y dejaba la obra parcialmente al azar. Esta autenticidad que supo plasmar en su arte fue clave para su popularidad y éxito, que aún perdura. Sus grabados constituyen el 91% de todas sus obras compradas en el mercado, lo que las convierte no sólo en bellas obras de arte, sino en valiosas inversiones.